Esa primera batalla creíble (hasta cierto punto: fue referida por el vencedor) fue la de Megido –siglo XV antes de Cristo–, entre las fuerzas egipcias a las órdenes del faraón Tutmosis III contra los cananeos al mando del rey de Kadesh para apropiarse de Retenu, nombre egipcio de lo que hoy son Palestina y Siria. El rey-cronista fue preciso. Según los documentos, el choque sucedió el 16 de abril de 1457 antes de Cristo, y terminó hasta la última gota de sangre con la victoria del faraón, que derrotó a los combatientes cananeos, antiquísimo e influyente pueblo que vivía en lo que hoy es Israel, Palestina, Líbano, Siria y Jordania.
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