Hace una década, la televisión oficial cubana transmitió una serie de programas para intentar desprestigiar a opositores, periodistas independientes, activistas y blogueros. En varios capítulos de aquella serie se enseñaban correos electrónicos privados, grabaciones telefónicas y filmaciones de inteligencia que "mostraban" los presuntos delitos que cometían estos ciudadanos.
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