A inicios del día, una persona que trabaja en las oficinas de la iglesia, informó que se habían sustraído una serie de especies. Lo extraño es que los ladrones ingresaron en el horario preciso entre el retiro de un trabajador que hace rondas nocturnas a las 6 de mañana y el ingreso de nuevos funcionarios. ¿Habían estudiado las rutinas? Al parecer sí, porque fueron altamente eficientes y se llevaron material contable y una caja fuerte con chips telefónicos.
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