Uno cuenta cómo lo golpearon. Otro cómo le cubrieron la cabeza con una bolsa. Todos dicen haber sido electrocutados. ¿La causa? La religión que profesan: son Testigos de Jehová. Hace dos años su iglesia fue declarada ilegal en Rusia. Y ahora siete de ellos afirman haber sido torturados por las fuerzas de seguridad en la norteña ciudad de Surgut.
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