Los pecados del cardenal australiano George Pell, quien fuera el número tres del Vaticano, tienen ya un castigo concreto. El ex responsable de las finanzas vaticanas ha sido condenado este miércoles a seis años de prisión por cinco delitos de pederastia, uno por penetración oral, contra dos menores que pertenecían al coro de la catedral de Melbourne. El todavía purpurado ha recurrido el fallo y su entorno considera que tiene muchas posibilidades de salir exculpado en la segunda instancia. Pero el juez Peter Kidd del Tribunal del Estado de Victoria subraya ahora que deberá cumplir tres años y ocho meses de la condena antes de pedir la libertad condicional. Es decir, a partir de octubre de 2022.
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