El vicepresidente de Brasil, el general retirado Hamilton Mourão (Bagé, 1953), recibe cordial en un inmenso despacho del Palacio de Planalto, en Brasilia. Responde a EL PAÍS en un magnífico español fruto de su paso por Venezuela como agregado militar (2002-2004). Es directo. Contesta sin rodeos ni titubeos. Hijo de un general y una directora de escuela, no rehúye temas incómodos para los uniformados como la dictadura, que prefiere definir como periodo autoritario. Padre de un hijo y una hija, tiene cinco nietos. Tras enviudar, se acaba de casar de nuevo.
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