En la planta baja de un pequeño y antiguo edificio de Caracas, que en el pasado funcionó como sede de la ONG Todos por la Libertad, se ubica el Museo de los Derechos Humanos, primero en su tipo en Venezuela. Inspirado en el Museo de la Memoria de Chile, el sitio que abrió sus puertas a principios de mes busca recordar a centenares de presos políticos y fallecidos en las protestas antigubernamentales de los últimos años. El modesto museo, aún sin aviso en su fachada, guarda en su interior algunas imágenes del pasado reciente de un país sumido en la mayor crisis económica y social de la región que aún sigue golpeado por las heridas que dejaron las protestas antigubernamentales de 2014 y 2017.
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