Durante 500 años, el corazón hiperárido del desierto de Atacama, el más seco y antiguo de la Tierra, situado al norte de Chile, ha permanecido sin saber lo que es una gota de agua. Pero en los últimos tres años se han registrado por primera vez lluvias intensas. Esa promesa de vida, contrariamente a lo que se esperaba, ha causado una gran devastación entre las únicas criaturas que habitan el lugar: los microbios. Estos diminutos seres han sido incapaces de adaptarse a las nuevas circunstancias, según concluye un estudio publicado en la revista Nature Scientific Reports y dirigido por investigadores del Centro de Astrobiología, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial. Además, los científicos atribuyen estas lluvias recientes se atribuyen al cambio climático global.
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