Deshielo a la española. Pedro Sánchez viaja el jueves a La Habana con la maleta cargada de oxígeno político y económico para el nuevo Gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel, sucesor de Raúl Castro. Y lo hace en medio de la oleada de sanciones de la Administración Trump, que esta semana profundizó su política de línea dura contra Cuba sumando a 16 hoteles y 10 compañías a la lista de empresas con quienes se prohíbe realizar transacciones.
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