"Los pies descalzos de Nigua, de 9 años, lo llevan a toda velocidad por las tambaleantes tablas de madera del San Vicente, uno de los barrios más pobres de la ciudad capital más pobre de Colombia: Quibdó. Dos metros abajo está el agua del río Atrato, que en la noche se creció. Las tablas, sostenidas por pilotes, son lo único que se conserva medio seco después de horas y horas de lluvia".
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