La situación fue extrema para los 33 mineros de Chile que quedaron atrapados en 2010 a cientos de metros de profundidad. A pesar de que eran obreros acostumbrados a bajar a esas profundidades, saber que estaban enterrados a 750 metros de la superficie tras el colapso de la mina San José los hizo entrar en una situación de desesperación. Es por eso que uno de aquellos mineros rescatados, Luis Urzúa, dice que no puede imaginarse lo duro que ha sido el caso de los 12 niños y su entrenador encontrados tras 9 días desaparecidos en una cueva en Tailandia.
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