María Alejandra Alcalá es venezolana. Llegó a Chile en octubre de 2017 y ese mismo año fue contratada en el Metro de Santiago. Su trabajo hoy en el tren subterráneo capitalino es muy distinto a sus tiempos en el metro de Maracaibo, donde todos iban a trabajar, pero, según cuenta, la situación de crisis que vivía el país lo hacía imposible: varios días a la semana se cortaba la luz o incluso no había agua.
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