Aromas relajantes, luz tenue y cálida, una manta y almohada, la temperatura a 22 grados, un antifaz perfumado, música tranquila y un sillón especialmente diseñado para descansos cortos, de media hora. Inspirada en experiencias de universidades estadounidenses, la Pontificia Universidad Católica de Chile, una de las casas de estudios de mayor excelencia y tradición del país sudamericano, lanzó un proyecto pionero en Latinoamérica: la instalación de camas acondicionadas para que sus cerca de 27.000 estudiantes tengan la posibilidad de descansar y –en los llamados siestarios– puedan dormir 30 minutos para reponer fuerzas y estudiar en mejores condiciones.
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