El gobierno de Colombia atendía este lunes el “drama humanitario” por la deportación de cientos de ciudadanos desde Venezuela en los últimos días, en el marco del estado de excepción decretado por Caracas y que mantiene cerrada una parte de la frontera binacional. Desde la ciudad de Cúcuta, unos 600 kilómetros al noreste de Bogotá, los ministros de Interior, Juan Fernando Cristo, y de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, seguían personalmente la situación y recorrían esa conflictiva zona del departamento de Norte de Santander para reunirse con decenas de deportados.
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