Para el régimen de Nicolás Maduro, Robert Serra es un héroe caído de la Revolución –una versión venezolana del Ché Guevara– asesinado el año pasado por sicarios bajo las órdenes del ex presidente colombiano Alvaro Uribe en un crimen planeado en Miami. Pero las investigaciones policiales realizadas antes de que el propio Maduro asumiera el control del caso esbozan una realidad muy distinta a la versión oficial y muestran un lado oscuro del joven dirigente que terminó por costarle la vida.
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