El decomiso en 2014 de cerca de 40 toneladas de drogas en los puertos y aeropuertos cubanos desmiente el añejo discurso oficial, que presentó durante décadas el narcotráfico como un fenómeno lejano, característico del "corrupto mundo capitalista". La prensa oficial se vanagloriaba de que la Isla no fuera usada como puente para introducir estupefacientes en otros países. Sin embargo, ya desde los años noventa, algunos estudios académicos y reportajes periodísticos empezaron a hablar en términos más realistas sobre la adicción y el consumo nacional de sustancias prohibidas.
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