Recuerdo una de esas tantas veces cuando el Comandante Supremo, en una de sus reiteradas peroratas diarias, dijo que aquí en Venezuela las mujeres tenían que hacer como en Cuba para tratar su menstruación: asearse con trapitos. Y la palabra del Comandante Supremo se hizo verdad, ¡lástima que no vivió para ver el desastre en el cual convirtió al país más hermoso y rico del planeta! Hasta en eso tuvo suerte. Hoy en Venezuela, las mujeres que cuentan con suerte, pueden tener un paquetico de toallas sanitarias a fin de mes para seguir adelante con sus períodos menstruales y ni siquiera se puede pensar en marcas. Lo que usted encuentre en el mercado y al precio que lo encuentre, eso es lo que puede comprar.
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