Cuando el Sol muestra su peor cara, una hilera de inquietos niños puede verse de un lado a otro de la avenida Delicias, en pleno centro de Maracaibo. Se mueven presurosos con ‘potes’ para recolectar limosna. Cada vez que el semáforo está en rojo y los conductores esperan su turno para avanzar, tocan las ventanillas de los vehículos. Se trata de un grupo integrado por unos diez niños de entre cinco y 11 años de la etnia yucpa.
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