Los tiburones están de enhorabuena. Los escualos se han convertido en uno de los grandes beneficiados de la campaña anticorrupción puesta en marcha por la nueva generación de líderes llegada a la cúpula del Partido Comunista Chino (PCCh) en noviembre pasado, y que se ha intensificado en los últimos meses. La aleta de tiburón se utiliza en China para elaborar una sopa muy apreciada y cara pero insípida, que era plato obligado en muchos banquetes oficiales en China. Pero la disminución de estas celebraciones, debido a la lucha contra la corrupción y el despilfarro en la Administración impulsada por el presidente chino, Xi Jinping, ha provocado una caída de la demanda, que ha afectado a los restaurantes de lujo en China continental y a muchos negocios en Hong Kong, que suministran la aleta a hoteles y locales al otro lado de la frontera.
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