Un político estadounidense ha desatado una polémica al afirmar que las víctimas de una violación “legítima” no suelen quedarse embarazadas. Las declaraciones obligaron a la campaña del candidato a la presidencia, Mitt Romney, a distanciarse de la postura de un miembro de su propio partido y pueden forzarle a pronunciarse sobre el aborto, un tema que ha preferido evitar hasta ahora. El presidente Obama describió este lunes las palabras de Akin como “insultantes” y defendió que “una violación es una violación” y que no tiene sentido entrar en definiciones sobre tipos de violación. “Esto demuestra que las decisiones sobre la salud de las mujeres no deberían tomarlas un grupo de políticos, en su mayoría hombres", dijo en rueda de prensa en la Casa Blanca.
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