De un aliado comunista como China, que ha dado con gran éxito el salto al capitalismo sin cambiarse siquiera de nombre, siempre se puede aprender algo. El presidente cubano, Raúl Castro, se ha entrevistado este jueves en Pekín con su homólogo chino, Hu Jintao, con quien ha firmado ocho acuerdos comerciales para revitalizar la calamitosa economía de la isla. Todavía bajo la tutela espiritual de su hermano Fidel, Raúl Castro se ha embarcado en una serie de tímidas reformas que pretenden adaptar elementos del libre mercado para acabar con la escasez que sufre Cuba. Pero necesita la ayuda financiera que le puede proporcionar el régimen chino a través de nuevas líneas de crédito y préstamos sin interés para llevar a cabo esta apertura, modernizar su arcaica tecnología y mejorar su servicio sanitario. La cuantía de tales acuerdos no ha sido, de momento, desvelada.
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