La obstinada lucha por impedir la construcción de una carretera en su territorio, que obligó al presidente Evo Morales a aceptar casi a regañadientes una plataforma de pedidos, erigió a los indígenas amazónicos en un modelo a seguir en las futuras luchas sociales en Bolivia, opinaron analistas.
La caminata indígena de 65 días a lo largo de 600 km estaba tan fortalecida al llegar a La Paz que el presidente Morales canceló sin reservas el proyecto de carretera que tanto había defendido y que los nativos terminaron impidiendo para defender la reserva ecológica del TIPNIS. La protesta de los indígenas “está demostrando que no es necesario venderse ni alquilarse a nadie para construir una mejor sociedad”, opinó el economista Alberto Bonadona, docente de la privada Universidad Católica.
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