Documentos claves de seguridad nacional que comprometen operaciones estratégicas y la vida de agentes encubiertos se han vendido a guerrilleros, narcotraficantes y gobiernos extranjeros.
El final del DAS, que se anunció desde hace dos años, no va a ser tan lánguido como se esperaba. Cuando el país ya parecía haber asimilado el escándalo de los seguimientos ilegales, que ha tenido en la picota pública durante los últimos dos años a esta agencia de inteligencia al servicio de la Casa de Nariño, y cuando ya parecía que se comenzaba a desatar el final de la historia con la condena a 25 años de cárcel que la justicia le impuso la semana pasada al exdirector Jorge Noguera, irrumpe en escena un nuevo escándalo. Uno que puede terminar siendo aún peor que el anterior, porque tiene el agravante de que con este caso se está poniendo en riesgo la seguridad nacional.
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