El patrón de enriquecimiento de los Gadafi es el mismo de los regímenes árabes: el líder se mantiene aparentemente al margen, pero permite que su familia y allegados manejen el país a su antojo.
El odio hacia la familia Gadafi ha crecido en los últimos días por cuenta de los hallazgos en las residencias tomadas por los insurgentes, que revelan el estilo de vida despilfarrador y caprichoso de quienes eran dueños absolutos de Libia. “Estas son las casas de los hijos de Gadafi”, anunció un rebelde que se presentó bajo el nombre de Marwan, al mostrar tres casas situadas en el barrio Regatta, cerca a Trípoli. “A mí también me hubiese gustado vivir aquí. Si todos hubiéramos tenido casas como ésta, tal vez no hubiéramos hecho la revolución”, agregó.
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