sábado, 18 de junio de 2011

Se airean al sol los trapitos sucios de la revolución Castro-comunista

Los juicios a personajes corruptos en Cuba acaparan la atención de muchos, unos para convencernos de que la revolución está irremediablemente podrida y otros porque acaban de descubrir que no es inmune a los pecados mundanos.


Es cierto que se trata de un fenómeno mundial, que no tiene nacionalidad ni color político. Tan es así que, en ocasiones, las realidades de otros países hacen que la corrupción en la isla parezca un juego de niños. Pienso en los vínculos políticos, militares y empresariales de los narcotraficantes en México o Colombia sin olvidar al primer mundo, las millonarias estafas de las empresas de EE.UU. o las truculentas tramas inmobiliarias de Europa.


De hecho, uno de los reclamos de los jóvenes "indignados" españoles es que los políticos imputados judicialmente por corrupción no puedan presentarse a las elecciones, como hicieron varios de ellos en los recientes comicios.


No hay comentarios.: