-cuando sólo tenía 15 años de edad- son casi insoportables.
María recuerda haber sido encapuchada, interrogada y torturada. Recuerda que le arrancaron todos los dientes de su boca. Pero también recuerda -en momentos en que Amnistía Internacional celebra su 50 aniversario- lo mucho que debe a esa organización defensora de los derechos humanos, que logró poner fin al horror y la liberó.
"No creo que si yo digo 'gracias' sea suficiente", dice María Gillespie al referirse a los activistas de Amnistía Internacional en todo el mundo que hicieron campaña en su nombre. "Les debo a mi vida", agrega.
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