domingo, 1 de mayo de 2011

Las FARC murieron con el Mono Jojoy

Dos periodistas convivieron una semana en los llanos Orientales con una de las columnas guerrilleras que dirigía alias 'Jorge Briceño' y muestran la supervivencia nómada a que las obligó las Fuerzas Armadas, aunque también cómo siguen entrenando, recibiendo armas, combatiendo y hasta haciendo brigadas cívicas en memoria de su comandante.



Fuego salpica del cañón de una ametralladora rusa. Fusiles de asalto se unen al combate. Guerrilleros de las FARC y soldados colombianos intercambian disparos de un lado a otro de una hondonada. En una planicie cercana, solo 100 metros de rastrojo separan a otras dos escuadras guerrilleras de sus adversarios. Granadas hacen eco al explotar.


"Es duro en todo este barro", dice un guerrillero apodado Adrián mientras abraza su ametralladora M-60. “Eso es para frenar el avance de ellos (el ejército). Dentro de dos o tres días toman nuevamente posiciones y vuelven y combaten”. El campo de batalla ese día fue un cerro insignificante en El Porvenir, una vereda cercana al pueblo La Julia. El hostigamiento duró casi una hora. Fue otra escaramuza en una serie de batallas anónimas que rara vez llegan a los titulares de la prensa.


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