
Alrededor de las cinco de la tarde los vecinos vieron cómo la mujer se asomaba a la ventana y pedía auxilio. Instantes después y sin que la víctima pudiera hacer nada, su marido la cogió del brazo y la metió bruscamente para la habitación. Acto seguido, bajó la persiana para que nadie viera lo que ocurría tras las cortinas.
Las personas que estaban en la calle y algunos residentes llamaron a los servicios de emergencia. Al lugar acudieron dos dotaciones de la Policía Municipal de Madrid, que avisaron a los bomberos. Estos se encargaron de tirar abajo la puerta blindada de la vivienda. Mientras lo hacían, oían al hombre en el interior del piso.
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