sábado, 16 de abril de 2011

Martin Luther King: a 43 años de su asesinato


“Yo he estado en la cima de la montaña”

Asesinato de Martin Luther King Jr.


Alirio J. Leal


Esa tarde, siendo cerca de las seis, las 6:01 para ser exacto, antes de cenar con un grupo de colaboradores, el doctor King se dirigió al balcón de una posada de carretera donde se hospedaba, cuyo nombre no llegaba a la categoría de hotel, era el Motel Lorraine, en Memphis, Tennessee, para saludar a los seguidores que se habían congregado para verlo.


Estaba vestido como solía hacerlo, impecable, con un traje negro formal, como acostumbraba para predicar sus sermones en la pequeña iglesia bautista Ebenezer donde era pastor en Alabama. Se inclinó un momento sobre la baranda de hierro del balcón para conversar con su ayudante Jesse Jackson, quien se encontraba abajo, en el patio.


En ese momento Memphis era el epicentro de un polvorín en los Estados Unidos a favor de los derechos civiles de los negros --eufemísticamente llamados “gente de color” para no herir susceptibilidades--, cuya cabeza visible era el pastor Martin Luthe King Jr. Tenía 39 años, llevaba 13 en la lucha por los derechos civiles de los negros estadounidenses e internamente aparentaba 60 años.


A pocos segundos después de comparecer ante la multitud y extender sus brazos en señal de saludo, al otro lado del motel, en los fondos de la pensión de Bessie Brewer, directamente en frente, a escasos metros de distancia, a través de una ventana de un baño del piso superior, James Earl Ray seguía al predicador con la mira telescópica de su rifle Remington de alta potencia y su dedo montado en el gatillo, decidido a acabar con el sueño de una nación.


Se escucharon tres disparos, uno atravesó la garganta del líder negro, quien cayó de espaldas sobre el balcón. Sus amigos y colaboradores, que estaban en las habitaciones 305 y 306, en una de las cuales se hospedaba King, al escuchar los disparos, salieron corriendo al balcón y encontraron al doctor King en medio de un charco de sangre.


Aún con vida alcanzó a decir sus últimas palabras al músico Ben Banch, quien tenía la responsabilidad de tocar esa noche en la reunión que presidiría el doctor King: “Ben, prepárate para tocar Precious Lord, Take My Hand (Señor, toma mi mano) en la reunión de esta noche. Tócala de la manera más hermosa”. La suerte estaba echada.


Con la mayor prontitud que pudieron, trasladaron al doctor King hasta el St. Joseph's Hospital, pero la premonición de su discurso de la noche anterior en la Iglesia Mason Temple, titulado “I’ve been to the Mountaintop” (Yo he estado en la cima de la montaña), se cumplió. El doctor Martin Luther King, el apóstol de la no violencia, para desgracia de los Estados Unidos, fue declarado oficialmente muerto a las 19h05 (7:05PM) del día 04 de abril de 1968, a los 39 años de edad. Hacen 43 años.


A pesar de que Memphis ese 04 de abril de 1968 era una ciudad sitiada por la policía, por todos los cuerpos de seguridad del Estado y por todos los servicios secretos de Estados Unidos, porque el doctor King era considerado de sumo peligro para el status quo, el presunto criminal James Earl Ray no fue capturado sino dos meses después, cuando, bajo un nombre falso y un pasaporte canadiense falso, intentaba huir del Reino Unido por el aeropuerto Heathrow de Londres rumbo a Rodesia.

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