
Pues bien, entre lo descubierto ayer y hoy -en la vivienda y tres zulos-, la cantidad total supera los 1.600 kilos. En los nuevos registros del caserío, los agentes han encontrado centenares de kilos de explosivos, más de 300, repartidos en dos escondites.
Uno de ellos estaba oculto bajo la cuadra del caserío donde había un habitáculo de unos treinta metros cuadrados. En ese escondite se encontraron unos 125 kilos de polvo de aluminio, nitrato amónico y cordón detonante. En la segunda construcción relacionada con el caserío se encontró otro zulo que contenía una cantidad similar de explosivos y un revólver, informa Vasco Press.
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