Casi un 60% de los titulados universitarios en la Unión Europea son mujeres. Sin embargo, apenas ocupan un 12% de los puestos de responsabilidad en las grandes compañías. La mujer se forma, llega a la empresa y no avanza. No asciende.
Los prejuicios que todavía dominan el mundo empresarial, la dificultad de compaginar la carrera con la vida personal y familiar y unas políticas de conciliación aún en pañales no ayudan. Y ese desequilibrio, además de ser un atentado contra la igualdad, provoca que la sociedad desperdicie gran parte de su talento.
Algo que si no se remedia, advierten los expertos, continuará ocurriendo. Hay mujeres preparadas, solo hay que buscarlas. Europa debate cómo lograr más presencia femenina en puestos directivos en el sector privado. ¿Formación y concienciación o cuotas?
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