A más de tres años de que el general Raúl Castro ascendiera oficialmente al poder en Cuba, las expectativas de cambio y la búsqueda de una estructura gubernamental más funcional y abierta continúan siendo tareas pendientes, prolongando la frustración y el descontento popular.
Castro asumió las riendas del gobierno de manera definitiva el 24 de febrero del 2008, cuando su hermano Fidel renunció al mando por convalecer aún de la enfermedad intestinal que lo alejó aparentemente de manera definitiva de la vida pública en julio de 2006.
En los 10 primeros meses de su gobierno, el menor de los Castro cultivó esperanzas dentro y fuera de la isla. Eliminó algunas prohibiciones excesivas, propuso la creación de un órgano contralor de los recursos y deberes, y aflojó las tuercas de barreras que hacían a un lado a los ciudadanos de a pie, como permitir el acceso a hoteles e iniciar el arrendamiento masivo de tierras estatales.
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