El día 15 de enero, en la presentación de la Memoria y Cuenta ante la AN, que duró un poco más de siete horas, el presidente Hugo Rafael Chávez Frías, reiteradamente habló y recomendó la lectura de un libro, que presentaba en cámara titulado La Ética del Discurso, escrito por el alemán Jünger Habermas en los albores de 1950.
¿QUIÉN ES JÜNGER HABERMAS ? "Nació en Dusseldorf, Alemania, en 1929. Estudió filosofía, psicología y literatura alemana en Gottinga, Zurich y Bonn. Ejerce el periodismo entre 1954 y 1959, al tiempo que Theodor Adorno, a su regreso del exilio americano, en 1956, le invita a formar parte, como ayudante suyo, del Instituto de Investigación Social de Francfort. Profesor de filosofía en la Universidad de Heidelberg (1961) y de filosofía y sociología en la de Francfort (1964). Representante del pensamiento crítico de la nueva Escuela de Francfort, se distancia de los grupos radicales durante los movimientos estudiantiles de la segunda mitad de los 60, y viaja a Estados Unidos, donde permanece tres años como profesor de la New York School for Social Research. Regresa a Alemania, como director del Instituto Max Plank de Munich (1971-1983) y, en 1984, retorna a la Johann Wolfgang Goethe-Universität de Francfort".
¿CUÁL ES SU POSICIÓN FILOSÓFICA? "Habermas, en cuyas reflexiones se entremezcla el filósofo, el sociólogo, el comunicólogo, el psicólogo y el político, parte de una crítica del marxismo, pero no desde una posición ajena o alejada del pensamiento marxista -en Habermas no se ocultan las huellas del marxismo hegeliano y weberiano-, sino con una idea reconstructiva, regeneradora, restauradora de la racionalidad crítica. Concibe una comunidad de bienes sociales, de plena comunicación basada en el desarrollo de la cultura democrática, en la ética y el derecho. El marxismo, entiende Habermas, se había centrado en exceso en el plano material y económico, por lo que era necesario reconducirlo a través de la ética del discurso, mediante la acción comunicativa".
HABERMAS EN EL MUNDO DE CHÁVEZ: A mi juicio, si alguien no tiene moral para hablar de la Ética del Discurso, es precisamente el presidente Chávez, porque de todos es conocido el uso y abuso que el señor presidente ha hecho del discurso político. Para muestras, algunos sórdidos episodios (grabados y reproducidos por todos los medios):
--¿Recuerdan las veces que barrió el piso con el expresidente Álvaro Uribe y las veces que apareció abrazándolo, como si nada?
--¿Recuerdan los calificativos que en su momento le dio al expresidente Fox de México y a su sucesor Calderón?
--¿Recuerdan la forma degradante cómo trató al gobernador Manuel Rosales llamándolo mil veces desgraciado? ¿Se acuerdan de la expresión de su rostro lleno de odio al momento de insultarlo? ¿Se acuerdan de las amenazas? "Me las vas a pagar desgraciado. Ya vas a saber quién es Hugo Chávez, porque te voy a desaparecer del mapa político del país".
--¿Recuerdan aquella vez cuando, en medio de un discurso, le dijo al embajador de los EEUU en Venezuela, "gringos de mierda, váyanse al carajo"?
--¿Recuerdan las múltiples veces que se ha referido a los líderes del Bloque Democrático con los peores calificativos?
--¿Se acuerdan los venezolanos cómo en las primeras entrevistas, cuando era candidato por primera vez, decía que la oligarquía venezolana lo acusaba de ser el mismo demonio que venía a confiscar las propiedades privadas?
Se puede hacer un voluminoso libro con las consideraciones poco éticas del presidente, no sólo en la presentación de un discurso reiterativamente violento, sino en la mentira flagrante y en la inconsistencia moral, que en muchos casos, está muy cerca de la disociación de la personalidad, porque no es posible que una persona, en su sano juicio, con su cara muy lavada, diga una cosa hoy y otra distinta mañana y haga cosas "políticamente correctas", pero moralmente inviables.
El irrespeto a la persona, mostrado por el presidente Chávez a lo largo de estos once años de gobierno, es público y notorio. Toda aquella persona que no se someta a su concepción ideológica del mundo, es un enemigo y "a los enemigos, ni agua". Pudieran ser presidentes de otros países o líderes políticos de oposición interna, o abogados, jueces o cualquier otro funcionario de cualquier organismo internacional, lo mismo da, el maltrato es el mismo.
Dios quiera que de verdad el presidente se haya leído el libro de Jünger Habermas La Ética del Discurso y que decida practicarlo, para que vivamos en paz y hagamos política de altura, sin ofensas innecesarias, sin atropellos, sin zancadillas, sin manipulaciones violentas; que pueda aceptar que la fortaleza de nuestra democracia está en nuestra diversidad ideológica.
En el lenguaje --dice Habermas-- está la base de la democracia, porque permite una comunicación e interacción eficaz, equilibrada y libre. La validez universal debe buscarse mediante un discurso libre de violencia, amenazas o coacciones.
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