Una de las grandes ironías reveladas por la recesión global que comenzó en el 2008, es que el Partido Comunista enrumbó a China, quizás haciendo un mejor trabajo en la gestión de la crisis capitalista que el gobierno de los EEUU, democráticamente electo.
El estímulo de Beijing al gasto fue mayor, infinitamente más efectivo para contrarestar la caída y dirigida a engrasar los rieles estructurales para superar la desaceleración y asegurar la futura expansión económica.
Como aviso a las democracias occidentales ligeramente adelante, la economía de China ruge junto a un ritmo constante, después de haber levantado alrededor de medio millón de personas de la pobreza en las últimas tres décadas, y rápidamente creó la más grande clase media del mundo para proporcionar un motor para la demanda interna de los consumidores a largo plazo.
Claro, en China hay desigualdad social en gran escala, pero ésta siempre existe en un sistema capitalista. (Las tasas de desigualdad de ingresos en los EE.UU. son algunas de las peores en el mundo industrializado, y más estadounidenses están cayendo en la pobreza que se plantean dentro de ella. El número de estadounidenses oficialmente designado que vivían en la pobreza en el 2009 --43 millones-- fue el más alto en los 51 años que se llevan registros.)
TRADUCCIÓN: AJL-Venezuela Ahora
No hay comentarios.:
Publicar un comentario