martes, 7 de diciembre de 2010

Mediocridad y Revolución I

Son mediocres la mayoría del rebaño que va detrás del líder y no lo digo porque sean pobres, aunque esa condición tiene mucho que ver con la propensión a la manipulación. La pobreza es un recurso que los políticos explotan con habilidad, porque los pobres sirven para muchas cosas.

Es tal el grado de ineptitud para la vida de la mayoría de las personas que comulgan en la revolución, que fácil se deja ver en la forma de vestir desaliñada y generalmente descuidada; y en la forma de hablar, muchas veces chabacana, altisonante, vulgar y seriamente limitada, tanto en palabras como en el manejo de conceptos.

Parte de esa mediocridad viene por el "reduccionismo ideológico" del líder. Para Chávez los seguidores son "patria o muerte", o son enemigos. Según esta reducida visión el mundo es blanco o negro, no hay matices. Si no es incondicional del presidente, es enemigo y a los enemigos "ni agua", como él dice.

Diría yo que son "analfabetas funcionales" y no me estoy refiriendo a los que no tienen ningún grado de instrucción, sino a la mayoría de aquellos que están cursando estudios en las distintas misiones, como la Misión Ribas (Bachillerato) y la Misión Sucre (Universitario).

Por "analfabetas funcionales" quiero decir que son personas que saben leer y escribir, pero que no entienden lo que leen o no saben interpretar lo que analizan. Son universitarios que tienen una mentalidad de primaria y eso los deja en una posición muy maltrecha, cuando tienen que competir en el mercado laboral por puestos de trabajo con otros profesionales de otras universidades públicas, como la UCV, LUZ, ULA, por mencionar sólo algunas.

En este sentido, es más el daño que la educación revolucionaria le está haciendo al estudiantado venezolano, que el beneficio que le está prestando, porque un gobierno serio, podría hacer ambas cosas a la vez: dar oportunidades de estudios a muchos excluidos, pero hacerlo con la máxima calidad y con los mejores profesores que en su haber tenga la revolución.

Esto lo digo con conocimiento de causa porque estuve estudiando en la Misión Sucre y duré un trimestre, ya que la piratería era la reina de la Aldea. Hay muchas personas nobles que desean hacer las cosas bien, pero las Aldeas no tienen un presupuesto fijo y los pagos a los profesores se los hacen cada dos meses, como si la gente comiera a veces.

Lo que priva en el concepto revolucionario del teniente coronel, Hugo Chávez Frías, ante que cualquier otra cualidad, es la lealtad a ultranza al líder. Es la ideología el parámetro de aceptación. De allí que vemos cómo algunos perritos falderos, que han sido ministros o gobernadores o alcaldes, se han pasado 11 años rotando por todos los cargos del gobierno, porque son incompetentes y en lugar de destituirlos, los cambian, porque están casados con el comandante.

Si tuviéramos que mencionar un símbolo de esta revolución mediocre, tendríamos que escoger por unanimidad a la Diputada Iris Varela. Nadie más que ella encarna lo que aquí hemos tratado de exponer.

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