
El jerarca, identificado como Diego Vergara Garzón, ejercía como arzobispo de la Iglesia Ecuménica Provincial de Colombia en Medellín y junto a tres de sus hermanos eran dueños de cinco empresas que comercializaban sustancias químicas.
Según el coronel Esteban Arias, oficial de la Policía Antinarcóticos, el arzobispo lideraba esa red que proveía a reconocidas organizaciones criminales del narcotráfico como "Los Rastrojos" y "Los Urabeños".
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