Ha sido evidente que el presidente Chávez quiere cerrar el juego contra la iniciativa democrática en Venezuela, por supuesto, utilizando los organismos del Estado que les son fieles y que no dudan en cumplir sus designios, para aparentar ante la opinión internacional que se trata de acciones justas y necesarias.
Hoy la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) acaba de apresar al general en situación de retiro Raúl Isaías Baduel, quien fuera parte del cuadro chavista hasta que abrió los ojos y se retiró del gobierno para pasarse a la oposición.
El ex gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales, también tiene abierto un juicio a través del cual, se comenta en el país, lo pondrían detrás de las rejas y lo sacarían del camino.
Las mismas trabas y obstáculos han entorpecido el trabajo del gobernador de Miranda, del Alcalde Mayor de Caracas, del gobernador de Carabobo, del gobernador del Táchira y de otras personas que no están de acuerdo con el régimen autocrático del presidente Chávez.
No dudamos que algunas de las personas que encabezan la oposición en Venezuela estén incursos en hechos dolosos, por cuyas acciones deben dar cuenta ante la justicia; pero también creemos que, para que el país no vea que lo que se teje desde Miraflores es una cacería de brujas, inspirada en la ideología, lo primero que tiene que hacer el presidente, es juzgar a todos los generales y demás militares que se han enriquecido ante la vista complaciente del teniente coronel.
Cuando los venezolanos veamos a algún ministro o general o personero del gobierno de Chávez preso por corrupción, empezaremos a creer en la lucha anticorrupción del teniente coronel.
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