Lo que faltaba para completar nuestra aproximación a "la imagen y semejanza" de Cuba, el islote idealizado por el teniente coronel como el paraíso en la tierra, es lo que ha llegado: que los venezolanos tengan que hacer colas para comprar papel sanitario.
Eso, porque ya la gente se ha olvidado de la leche, del arroz, azúcar, del aceite y otros rubros de primera necesidad. Esto se dice y no se cree fuera del país, porque muchos todavía no entienden el modo de pensar del teniente coronel.
Todos los artículos que están regulados, son los que faltan en los anaqueles de los supermercados y la razón es simple: el valor de producción supera el precio de regulación o lo que es lo mismo, cuesta más producir un kilo de leche en polvo, que lo que cuesta en el mercado idealizado del teniente coronel.
A este hombre se le llena la boca en decir que estos rubros, como la harina de maíz, la leche, el arroz, el aceite, cuestan tantos bolívares en su lista oficial, pero no existen en los mercados.
¿Cuál es la salida? Hay que sincerar los precios y nada más, para que los productores vean compensados sus esfuerzos y los productos lleguen a los mercados.
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