sábado, 18 de agosto de 2007

La autocensura en la radiodifusión venezolana

Esta información apareció citada en el portal del abogado Juan Carlos Fernández, moderador del programa "A punto", que se transmite por el canal 11, (NCTV), Sierra 99.1 FM, Super Ondas 95.5 y otras emisoras de Miami, Florida .

Al igual que Ibéyise, a Fernández le hicieron lo mismo --en la emisora Actualidad 97.1 FM, de Maracaibo, estado Zulia, afiliada al poderoso circuito radial de Caracas, Unión Radio-- por presiones de varios diputados oficialistas, entre ellos Lisandro Cabello, oriundo de Costa Oriental del Lago.

Pues bien, que se sepa el gobierno no ha emitido ningún oficio prohibiendo decir tal o cual cosa. El problema es la autocensura impuesta por los mismos dueños de las emisoras y televisoras, quienes temen que les quiten la concesión para explotar sus respectivas frecuencias radioeléctricas, si permiten denuncias o acusaciones contra dirigentes gubernamentales.

A decir verdad, muchos dirigentes chavistas se están aprovechando de esta circunstancia para amedrentar, chantajear o extorsionar a los radiodifusores.Y éstos, para salvar su pellejo, ceden a las presiones.

El caso de Juan Carlos Fernández e Ibéllyse Pacheco es una muestra de lo que está pasando en Venezuela.

A continuación el relato escrito por la conocida animadora de radio y televisión Isa Dobles, una ejemplar luchadora por la libertad de expresión, en otrora amiga personal de Fidel Castro:

"Nuevamente Ibéyise Pacheco nos da un testimonio de resistencia y coraje. No es fácil en estos momentos cuando Venezuela necesita más de nuestro valor y fuerza, ver indiferente esa posición de entrega en los pocos medios que quedan.

Y es terrible cuando nos tropezamos con la autocensura, con esos pactos que no se firman pero se establecen , se acuerdan pero no se dicen. Yo no supe de su declaración hasta hoy.

Reaccioné tarde ante lo que me obligaba como venezolana y como amiga que era estar a su lado y apoyarla cien por ciento. Hoy la llamé. Y sí. Allí estaba todo eso que uno desprecia y rechaza y ante lo que uno se siente más identificada en esta lucha sin cuartel que es la Democracia. No era la primera vez.

No hablar de política o bajar el tono es una exigencia hoy demoledora y asqueante. ¿Cómo una periodista que ha luchado, que ha enfrentado demanda tras demanda de un poder omnipotente va a quedarse tranquila, sin defenderse y defender la libertad y la dignidad…? Una está hecha de otra madera.

Cuando se le pidió a Ibéyise bajar el tono ella no lo aceptó. Se le dijo que entonces trabajaría hasta el 15. El 15 ella contó el cuento como era y puso en el aire a otro periodista de lucha, Manuel Malaver. Y le avisaron que estaba "fuera del aire".

Eso que suena a "cállate que estoy temblando" o "cuidado que no se puede" y muy cerca al "si hablas nos van a cerrar". Porque sí. Esa es la situación. Eso es lo que vivimos. ¿Y cuántos vamos a callar? ¿Cuántos vamos a hablar de cine, de moda, de chismes, para llenar el espacio de la irreverencia y la libertad?

Es un momento muy difícil. Pero no será eterno. Y cuando el plazo obligado del tiempo de los pueblos llegue, cuando la mordaza del miedo o el interés se caiga, entonces cada uno ocupará su lugar. Y los que no callamos, los que no nos arrodillamos, los que no bajamos la cabeza, seguiremos indomables decantando el espíritu de Venezuela"
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