Invitar al teniente coronel a mediar con la narco-guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), es como poner a hablar a los hermanitos Castro, los comunistas dueños de Cuba.
No quiero que quede duda alguna en lo que pretendo decir: que la afinidad ideológica entre el teniente coronel y el grupo terrorista de la Farc, es la misma. Ambos son castro-comunistas, o marxistas-leninistas o maoístas, no importa el remoquete que mejor le venga, pero son comunistas declarados.
Este grupo narco-terrorista, que ha azotado a Colombia por décadas, dejando una estela de muerte, terror y dolor a su paso, es la quinta columna que el teniente coronel tiene en toda la cordillera de la Sierra de Perijá, desde el Norte del estado Zulia, en la Guajira, hasta el Sur del país, colindando con el estado Apure.
¿Tengo algún elemento de juicio sólido para afirmar esto? Los invito a que se den un paseíto por el Municipio Jesús Enrique Lossada, específicamente por La Concepción, y que se adentren un poquito hacia el Río Palmar, que no recuerdo ahora el estúpido nombre que el cambión le puso.
Una vez allí, estén pendientes de las carabanas de camiones repletos de productos Mercal que pasan hacia La Sierra de Perijá, hacia una de las guaridas de la narco-guerrilla y todo esto, ante la mirada complaciente de los efectivos del destacamento del Ejército allí asentado, incluso, escoltados por los militares venezolanos.
No me consta, pero es rumor común en Venezuela, de que la narco-guerrilla de las Farc tienen cédulas venezolanas y uniformes del Ejército Venezolano y que esos 100 mil (léase cien mil) fusiles AK-47 que recientemente adquirió el teniente coronel, más otros sofisticados que están por llegar, han ido a parar y pararán a manos de la narco-guerrilla, en caso de una invasión norteamericana a Venezuela.
Sé que el señor presidente Uribe no se come el cuento de que el teniente coronel sea su amigo, ni amigo de Colombia ni de los colombianos, porque cuando le da la mano derecha para saludarlo, con la izquierda le está metiendo el puñal hasta la cacha, alimentando y financiando al grupo narco-terrorista que más daño le ha hecho a Colombia.
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