martes, 5 de junio de 2007

A 18 años de la masacre comunista de estudiantes en Tiannamen

No se sabe a ciencia cierta, después de 18 años de la masacre comunista de estudiantes desarmados en la Plaza de Tiannamen, Bejin, cuántas personas asesinó el gobierno chino, pero se ha calculado que el número pudo haber llegado a unas dos mil.

¿Cuán fue el grave pecado de los estudiantes, que esa mañana fría, decidieron ir a la Plaza de Tiannamen a pedir apertura del país a la democracia?. Eso: el pecado estuvo en haber despertado a la realidad de la pesadilla comunista y, en una sociedad donde el pueblo es un rebaño de borregos, prohibido es pensar.

La respuesta del gobierno comunista chino fue contundente, como se esperaba que fuera la respuesta de un régimen sin absolutas libertades. Los tanques acallaron esa protesta, corrió la sangre, pero no silenciaron la aspiración de libertad de los chinos, porque ese anhelo es intrínseco en el ser humano.

Todo régimen totalitario tiene miedo a que el pueblo, del que tanto hablan, reclame sus derechos y los ejerza, porque el único que puede pensar por el pueblo, es la camarilla élite del Partido Comunista, los elegidos, los iluminados, los demás tienen que obedecer, no pueden pensar.

Recuerdo el incidente con una muchacha cubana en New York que, viéndose en una ciudad, sola, sin la tutela de un Estado paternalista que tiene que estarle dictando las pautas de vida a los ciudadanos todos los días, se sintió perdida, porque en libertad, tú tienes que elegir qué hacer y eres responsable directo de lo que haces.

Foto cortesía de El País de España

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