Perdonen la altisonante palabrota que he usado para llamaros la atención, pero por los vientos que soplan, no pasarán muchos años para que veamos sacerdotisas o pastoras prostituras y consecuentemente, pastores y sacerdotes declaradamente maricones, porque sin duda que tras bastidores muchos de ellos existen y "ministran".
Digo ésto, tomando como punto de partida un artículo aparecido hoy en la versión on line de Time Magazine, escrito por Michael Linderberger, titulado: Una concesión evangélica sobre los gays.
Linderberger cita al reconocido teólogo conservador Rev. Albert Mohler, presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur, quien dijo: "Nosotros pecados contra los homosexuales al insistir que la tentación sexual y la atracción son decisiones voluntarias".
Dijo el influyente teólogo a sus seguidores, que el mundo evangélico tiene que estar preparado por si un día la ciencia nos dice que los maricones nacen, que no se hacen.A su vez, acotó Mohler, que si algún día la ciencia llegara a descubrir que la homosexualidad es genética, ya encontrará alguna cura para manipular los genes y hacer a los "torcidos", "derechos".
Con estos comentarios, los que luchan por los derechos de los homosexuales, no ven sino una aceptación de la homosexualidad, por la fuerza de las evidencias de la ciencia, en el supuesto negado de que encontraran estas evidencias, pero que en el fondo el mismo Mohler sigue viendo la homosexualidad como una enfermedad, como la ven la mayoría de las confesiones evangélicas, que debe ser combatida, incluso por la misma ciencia con la creación de aguna medicina anti-gay.
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